martes, 25 de marzo de 2008

Un nuevo santo para Asturias


La canonización del beato Rafael Arnaiz Barón (1911-1938) podría celebrarse en el plazo de uno o dos años, después de que los consultores médicos de la Congregación para la Causa de los Santos hayan admitido como milagrosa la curación de una mujer madrileña al borde de la muerte por la que rezó su mejor amiga invocando a este religioso trapense, cuya adolescencia y juventud transcurrieron en Oviedo.

Rafael Arnaiz vivió junto a su familia en la capital asturiana entre 1923 y 1932. En 1934 ingresó en el monasterio de San Isidro de Dueñas, que tuvo que abandonar tres veces a causa de su galopante diabetes. Falleció en 1938, pero vestido con el hábito cisterciense y después de haber anhelado su unión con Dios. Es beato desde 1992.

La Nueva España

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