viernes, 11 de abril de 2008

Las monjas clarisas de Villaviciosa dejan su convento por una plaga de carcoma


El monasterio de la comunidad de monjas clarisas de Villaviciosa se ha visto atacado por una plaga de carcoma.

Esta situación obligó a las religiosas incluso a abandonar el edificio en febrero. Regresaron en Semana Santa y, desde entonces, conviven con las obras para atajar los efectos de este insecto, que afecta principalmente a las vigas de madera del techo.

Este monasterio ha estado habitado desde su creación por monjas clarisas. «Durante la guerra civil fue quemado, y sólo quedaron en pie las paredes maestras», recuerda la madre abadesa, Sor María Luisa, que achaca el actual deterioro que sufre el edificio a entonces, ya que se recuperó con materiales pobres «y con la escayola no respiró más», destaca.

La carcoma ha sido voraz con los muebles centenarios, que han quedado completamente inservibles.

La Nueva España

La Asociación católica MAR salva 30 bebés en Asturias

La asociación católica Madres Asturianas en Riesgo (MAR) ha dado a conocer «que ha salvado a tres decenas de bebés en Asturias», según publica «Esta Hora», que edita la Secretaría de Medios de Comunicación Social del Arzobispado de Oviedo.

«La asociación MAR, en cuyos trabajos desempeña un papel determinante Inmaculada Fernández, directora del Secretariado de Pastoral Familiar, tiene por finalidad ayudar a las madres con síndrome posaborto o con un embarazo inesperado, con el compromiso de ofrecer otras alternativas que defiendan la vida», publica «Esta Hora».

La Nueva España

Javier Neira habla de la Balesquida de Oviedo


Javier Neira Estrada, periodista de LA NUEVA ESPAÑA, ofreció en la tarde de ayer, en el auditorio Príncipe Felipe, una conferencia que, bajo el título de «Consideraciones en torno a la Balesquida».

El periodista considera las tres grandes virtudes de la institución ovetense: «Humildad, anonimato y silencio», tres virtudes medievales que vienen acompañándola desde sus inicios.

En opinión de Neira, el secreto de la longevidad de la institución, casi ochocientos años, reside en «su equidistancia del poder político y eclesiástico».

La Nueva España